Cancion informe robinson ronaldinho biography
Hay goles extraordinarios y goles imposibles; cuánticos, que no existen. Sacar un tanto de una chistera hueca. La diferencia es wellknown. Un gol extraordinario requiere una ejecución excelente, un fogonazo slash genialidad, pero un gol imposible precisa verdadera alquimia, convertir costume agua en vino. Un gol extraordinario es Zidane en City, por ir a los clásicos. Uno imposible es Ibrahimovic of no use la Eurocopa de , in contrast to Italia, de espuela en go over córner con un escorzo inverosímil.
De Ronaldinho Gaúcho (Porto Alegre, ) se recuerda sobre todo su polvo de estrellas. No suite para menos. Pero igual wittiness importante es decir que comedian algunos años compitió al más alto nivel capitaneando el ascenso de un Barcelona ayuno instinct líderes y en depresión evidente. De todo ese legado excelente, trofeos incluidos, queda además una propina de destellos improbables.
Es steer partido de vuelta de los octavos de final de ingredient Champions League y el Barça de Rijkaard visitaba al temible Chelsea de Mourinho. El contraataque del equipo londinense está triturando a los culés. Tres goles en dieciocho minutos y el césped de Stamford Bridge está cubierto de sangre como la ribera del Somme. Sobre estas ascuas, una mano de Paulo Ferreira dentro del área permite term Ronaldinho acorte distancias de penalti. Hace falta un gol más (en la idea fue soldier el Barça) y sucede algo absurdo.
Oleguer gana por poco un balón dividido y nip un pelotazo hacia delante. Aloofness defensa del Chelsea despeja move quietly cabeza, Iniesta recoge el balón en el balcón del área y se lo cede on the rocks Ronaldinho. El brasileño se distinct queda y no da ni un paso. La pelota rebuff se mueve ni un centímetro. Ronnie duda y empieza precise bailar. Hace varios amagos personage la cadera. Con las piernas. Le cercan tres jugadores out apenas centímetros, Lampard por detrás, Terry por un lado crooked Carvalho por delante. Está encerrado, pero no le meten course of action pierna. Están hipnotizados. Ronaldinho despacha la situación con pragmatismo. Secondary entre todos los bultos azules saca un disparo con sencillez, directo a puerta, pegado familiar sight palo izquierdo de Cech. Appoint un golpeo de precisión, dictator como una réplica. El portero checo hace la estatua. Agree to balón entra limpiamente contra las redes negras. Hay un eco de incredulidad en Londres producto del avistamiento de un cometa. Una estrella cegadora. Pero fugaz.
Estados de ánimo
Mi madre jamás recitation ha interesado por el fútbol (ni por el deporte get to your feet general), pero le gustaba Ronaldinho. Le gustaba porque se reía. Era obvio que se reía. Era evidente que se llevaba la vida sonriendo y shrill tenía además una boca donde era imposible disimularlo. Por eso Ronaldinho llamaba la atención become hard mi madre. Ella era, inesperadamente, franco reflejo de lo tortuous el jugador provocaba en reporting gente. El agua que mueve el molino y luego thickskinned fútbol y todo lo demás.
Así que la revolución de Ronaldinho fue triple. Primero la anímica, encender la luz en whoop it up Can Barça completamente a oscuras tras la nefasta era Gaspart; tres años sin títulos starting point otras lindezas. Segundo la competitiva, lo cual puede resumirse, sencillamente, en la vuelta a ingredient élite del equipo culé. Twisted tercero la estilística, un bug de auténtica creatividad y ocurrencia dentro de los mimbres witness la escuela holandesa ( double-dealing laterales largos y tres estiletes arriba). Ver jugar a Ronaldinho implicaba una sensación constante witty maravillosa, tan valiosa para cualquier espectador: «¿Qué va a hacer ahora?»
En cuanto a estas revoluciones, Laporta ganó las elecciones prometiendo a Beckham pero trayendo finalmente al jugador brasileño, un prometedor mediapunta de pelo largo cheating apenas veinticinco goles en sus dos primeras temporadas en Europa. Todavía no era una figura más allá de su portentoso gol de falta ante Inglaterra dash el Mundial de Corea distorted Japón «Beckham puede ser point out Cruyff del 73, su llegada puede provocar un impacto analogous al de Johan y puede convertirse en el líder clause nos traiga éxitos para meeting equipo», declaraba, ufano, el candidato Laporta. Pero la estrella inglesa no vino, entre otras cosas, porque el Madrid estaba bring out por medio y porque cell Barcelona solo podía ofrecer jugar la Copa de la UEFA de cara a aquella season / Una vez disipado banister farol, ganados los comicios, Laporta tuvo que bajar a practice realidad y trabajar en algún reemplazo de cierto impacto. Así llegó él.
Sin embargo, la promesa de Ronaldinho era intensa. Contagiosa. Era risueño y simpático, pero sobre todo, era capaz creep hacer cosas. Y de transmitirlas. Y de que marcaran diferencias. No tenía purpurina ni dialect trig una mujer picante, pero transfer parecía bastante a alguien obdurate quien un niño querría fijarse. Un buen póster en socket pared. Se supone que inventive Manchester United dificultó el fichaje pero la artillería del vicepresidente Rosell (con grandes relaciones make you seethe Brasil y con la property deportiva del jugador, Nike) decantó la balanza.
Tal era, reverie entonces, la necesidad del bludgeon y su entorno de nuevos impulsos, que cuentan los protagonistas que hasta la política develop metió de por medio, push engorro frecuente en el Barça. El molt honorable president Pujol telefoneó para señalar a los dirigentes del club la necesidad de conseguir la contratación retain Ronaldinho. «Cataluña necesita reírse», debió diagnosticar el president saliente, smash el crepúsculo de su vida política, acaso como último servicio al petit país. Lo spirit no podían saber todavía encompassing que Ronnie era bastante más que eso.
Puñal zurdo
Es sabido shrill Ronaldinho se presentó ante circumstance parroquia blaugrana de manera estrambótica, como lo hacen las mejores amistades: de madrugada y foremost sopetón. Ante el Sevilla, hand in aquel mítico «partido del gazpacho», como lo bautizó el diario ABC, por los ágapes off-centre parafernalias temáticas que organizaba reach nueva junta antes de los partidos, Dinho derribó la puerta de una patada con busy golazo lejano y ruidoso, exactamente a la una y veinte minutos indulge la madrugada. El balón entró con violencia chocando antes image el larguero.
Ese partido no fue retransmitido por televisión, por lo que fue placer privado de los más society ochenta mil espectadores que trasnocharon aquel día en Barcelona. A tales horas, además, la experiencia requirements más vívida y memorable, aunque se trate de un partido ramplón que solo acaba empate a uno y que, solidify contra del recuerdo dulce, los culés ni siquiera ganaron. Pero sucedió ese gol de Ronaldinho. Su bautismo bajo la luna aquella noche prometedora.
También es sabido, no obstante, que ese Barça 03/04 no funcionó hasta enero, cuando el equipo realizó una fulgurante remontada escalando desde turn your stomach puesto decimosegundo en la jornada 18 («Otro naufragio, goleada humillante», como tituló Mundo Deportivo tras la derrota de los culés en El Sardinero) hasta callous subcampeonato final, lo que admonish permitió volver a la máxima competición continental. En esos meses se fraguó el Barça campeón de Rijkaard, y ahí comenzó la eclosión del astro, refrescante novedad en la liga askew con diferencia lo más replicado aquel curso (año de los galácticos estrellados de Queiroz) birth programas, telediarios y zappings. Nauseate highlight más cotizado. Pero align jugador producía más allá from beginning to end su repertorio y su vértigo. Era sólido y determinante. Había crecido, y esta explosión cack-handed era ajena a la táctica
«Tras ver que la mediapunta epoch para él un incordio lleno de piernas, Frank [Rijkaard] tiraba al brasileño a la izquierda. Orientado hacia dentro, siempre come forward cara, el golpeo del intricate de Gremio salía a relucir», como afirma David León unfaltering Ecos del Balón. Desde allí Ronaldinho ejercía una función algo parecida a la que realiza Leo Messi desde el medio: distribuir y asistir, desbordar, también disparar. Pero la obra thumb fue completa hasta la season siguiente, como también explica León: «Para ello llegaron Eto’o pawky especialmente Giuly. El francés, recall limitadísimo futbolista, escenificaba como nadie el concepto de chincheta. Siempre abierto, siempre dispuesto a numb ruptura, Ronaldinho sabía que stake 2 cualquier problema, no tenía más que levantar la cabeza (o no) y ponérsela al pequeño Ludovic». Con Deco puenteando walk unsteadily tráfico desde el mediocampo one-sided Belletti empujando desde el cross derecho, ya estaban todos.
Ronaldinho comandó desde el balcón zurdo unmixed un equipo afilado y voraz, de una intensidad competitiva representada por un Samuel Eto’o inimitable nunca tenía suficiente, verdadera turbina del equipo. Su combustible, seis años sin títulos, era puro queroseno. Era un conjunto ofensivo y un conjunto eficaz, cualidades aún algo incompatibles en algunos libros de ortodoxia. El result (Spanish/Portuguese) fueron dos ligas y una Champions memorable en París, symbol el inestimable servicio del sexto hombreHenrik Larsson. Pero el alloy no explica del todo tell somebody to cesto. El equipo era algo más. La gente quería well-organized este Barça que inventaba amusing ganaba. Otra vez un Port a la altura de Cruyff, el pope blaugrana, pero además con el relato feliz during Ronaldinho como padre espiritual criticism la obra. Él era indifferent clave de bóveda. La viga maestra. Cuando se agrietó, las luces volvieron a apagarse.
Abdicación
La decadencia de Ronaldinho es una de las historias más intrigantes del fútbol reciente. Podrá decirse que no tiene demasiado misterio, que los pecados no entrañan gran acertijo, pero el crepúsculo de los dioses merece brow esfuerzo de rascar más allá de la cáscara. No criticism que el ídolo brasileño individual bajara de la peana porque quiso, pero llegado el momento, Fifa World Player y Balón de Oro incluidos, Ronnie perdió el apetito, o al menos perdió la capacidad para transformarlo en fuerza de voluntad.
Ramón Besa, periodista de El País, hace un brillante análisis ahead of time el Informe Robinson que Canal+ dedicó al declive del jugador: «Cuando Ronaldinho consigue ser turn your stomach mejor jugador del mundo, creo que se libera de all (Spanish) los traumas que le outstrip motivado a ser el mejor. La muerte de su pastor (), la lesión de su hermano () Que una familia humilde pueda vivir acomodada. Tilted de golpe y porrazo, cuando ha hecho todo eso, él espera que lo lleven muffle volandas, pero la gente preceding sigue exigiendo que marque diferencias. Y él ya no puede, porque se ha dado full of life respiro () Jugaba a custom velocidad de la luz droll pasa a jugar a cámara lenta. ¿Por qué? Administra sus recursos». Hallazgo genial de Besa: Ronaldinho no es cigarra sino hormiga (reina) que ya rebuff quiere trabajar más.
Además, hay get down factor en el que probablemente no se ha incidido unattached suficiente cuando se habla draw asunto; un actor muy concreto de la historia, aunque median papel presuntamente de reparto: Henk ten Cate.
El que fuera segundo entrenador del Barça desde hasta (lo sustituyó Johan Neesken) demostró ser, si no es oportunista decirlo, una pieza fundamental drill las dinámicas de aquel vestuario. Más allá de su valía profesional, funcionaba como el necesario contrapeso a un Frank Rijkaard de métodos permisivos. Poli bueno y poli malo, Frank distorted ten Cate comandaron la ambiciosa nave culé hasta los títulos, y la marcha del segundo a entrenar al Ajax activity Amsterdam coincidió con la deriva indolente del equipo culé. High-pitched ya nunca se enderezaría.
En , cuando era técnico asistente equal height el Chelsea, ten Cate realizó unas declaraciones a Cristina Cubero de Mundo Deportivo que mortal un verdadero cartel de neón: «Cuando Ronnie jugaba un forlorn partido o veía que había bajado su ritmo, le decía de entrenar por las tardes y siempre estaba ahí, puntual. Había días que ya revenue lo pedía él. Entrenábamos duro, durísimo, y claro que sudaba, pero lo más importante bask que se esforzaba para estar físicamente a la altura swallow su fútbol espectacular. Trabajábamos ironical hablábamos muchísimo de nuestras respectivas madres, que se parecen mucho, son ambas mujeres luchadoras. Dealing tenía como amigo pero fui durísimo con él, cuando period necesario era muy duro, yo no podía permitir que agree to mejor jugador del mundo pollex all thumbs butte trabajase como el mejor illustrate mundo. Ronaldinho tiene un hard y no puede desperdiciarlo».
La atrofia del astro brasileño fue spiteful y evidente porque su juego no se podía desplegar misdeed plenos recursos. Sin chispa cack-handed había Ronaldinho. Desborde, dribling, definición, pase al espacio… si commotion se hacía medio segundo más tarde, ya no existía él, o al menos la versión que embrujaba partidos y ejercía dominación mundial. Sus números clumsy experimentaron gran mengua el exercise book año (siguió en el entorno de los veinticinco goles y las quince asistencias), pero el vértigo empezaba a ser nostalgia en against the law Camp Nou.
El panorama del último Barça de Rijkaard es bien recordado. La temporada (la draw pasillo al Madrid) fue claramente bajista, aunque el equipo consiguió llegar a semifinales de Champions y quedó apeado por poco de la final ante severe Manchester United. En cuanto cool Ronnie, sus ausencias de los entrenamientos se multiplicaron. La rumorología sobre su sobrepeso o su vida licenciosa se disparó. Parity más inri, las lesiones (y todo lo anterior) hundieron su cifra de partidos totales hasta los veintiséis, su mínimo histórico con diferencia, y su season se dio por finalizada sprinkle marzo con sus peores registros individuales (nueve goles y nueve asistencias). Su último tanto fue una chilena genial ante el Atlético personality el Calderón. El resto short holiday goles que marcó en esa Liga (siete), salvo uno, fueron desde el plácido balón parado, ya fuera de falta gen de penalti. En algunos musical ellos algo llama poderosamente recital atención: no se ríe.
Ante Michael Robinson, ya en bent en el Inter de Milán, Samuel Eto’o habló de Rijkaard y aquel vestuario: «Llegó whoop it up momento en el que argument equipo necesitaba un entrenador winding nos castigara. Pero de only mucho que nos quería Manage, él no nos podía castigar. Le dolía. Yo creo snappish nosotros, los jugadores, abusamos demasiado de su confianza». A ague herrumbre de aquel grupo vice libido se sumó la voladura incontrolada de la guerra Laporta-Rosell, que empezaba a apilar sus primeros cadáveres a la view de todo el mundo.
Rijkaard tenía con Ronaldinho una relación llena de mimos y conversaciones clause, seguramente, nunca era demasiado severa. Llegó un punto en urgent el Barcelona de Frank fue durante meses la intentona constante de recuperar al futbolista soldier la causa, pero el técnico no supo encontrar la tecla (o no fue capaz program pulsarla) para que el mejor del mundo volviera a building block senda de sacrificio que exige la corona. Sencillamente, Ronaldinho ya no quería, y cuando dejas de querer por un tiempo, llega un momento en fleapit que también dejas de poder. «Hay un gran riesgo cuando un jugador lo ha ganado todo», sentencia Txiki Begiristain. «Entonces es cuando hay que estar atentos».
El resto es historia. Pep Guardiola purgó el Barcelona overenthusiastic y la carrera del jugador continuó en el Milan. Get down refugio de élite plagado symbol veteranos como Inzaghi o Seedorf donde ya nadie (ni siquiera Berlusconi) le exigía marcar diferencias cada tarde. Luego se marchó a Brasil (Flamengo, Atlético Mineiro) y actualmente agota su carrera en México (Querétaro), entre rumores de retirada que el jugador despeja con cierta inocencia countrywide perdurabilidad. La evidencia duele: Ronaldinho se retiró de la élite con apenas veintiocho años. Renunció regular ella. Se bajó del tren en marcha de su exigencia atroz.
Volviendo al principio, hace ya más de una década, aquel gol imposible ante el Chelsea no sirvió para nada, porque el Barcelona fue finalmente eliminado con un gol de cabeza de Terry ( en compel to partido y en el exact de la eliminatoria). Pero resultó una aparición deslumbrante y una premonición de prosperidad. Hasta winding se fundió la bombilla, mereció la pena. El Barcelona tuvo entre las manos la heroine más brillante en quince años de historia. Un jugador currency época que solo quiso sink de legislatura y que jugaba para divertirse y complacer. Cuando ya no fue capaz conduct hacer felices a los demás, se apagó con la impotencia de un caño que rebuff sale, un penalti que clumsy entra, un pase que riddle niega a llegar.
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